Mientras el siglo XVII español marca el ocaso político y económico del esplendor español, la literatura ofrece sus aristas más sublimes. La comedia, que alcanza entonces su cima, rompe las reglas del neoaristotelismo y permite conjugar elementos trágicos y cómicos. La obra de Calderón de la Barca expresa la madurez del género con su perfección técnica, la acentuación del artificio y la valorización del ingenio propia del Barroco.El alcalde de Zalamea se inscribe con matices dentro de las tragedias de honra y también en las comedias villanescas que realzan las virtudes del ámbito aldeano frente a la sociedad cortesana. Temas como el honor, el amor y la justicia se despliegan en la pluralidad de perspectivas asumidas por los personajes. Así, para el protagonista, el honor es 'patrimonio del alma', no el privilegio exclusivo de la sangre noble. Su reclamo de justicia es la defensa de la dignidad del individuo más allá del origen. La pertenencia del agresor a la jerarquía militar, su amor