La identidad de Alicia se realiza, cambia y modula con la misma liberalidad con que la niña cambia de tamaño. Debido a la naturaleza discreta de los fragmentos que componen su identidad un auténtico «cúmulo de imágenes rotas» (T.S. Eliot, La tierra baldía), su personalidad muestra caracteres sorprendentes como puedan ser la crueldad, el anhelo de dominio o la conciencia de autoridad para arbitrar los signi