Una tarde, Alicia persigue a un conejo hasta su madriguera. Tras una larga y lenta caída llega al país de las maravillas, un lugar insólito donde las reglas que conoce no funcionan. Lewis Carroll puso del revés las reglas de la lógica y desplegó en Alicia en el país de las maravillas un mundo sinsentido que hizo de esta obra un clásico universal.