ALTAZOR es un cambio profundo en la obra de Huidobro, un cambio que a su vez la modifica y nos hace verla bajo otra luz. Hasta ahora esa obra había estado dominada por el viaje. Ahora, ese dominio es puesto a prueba y de algún modo destruido; todo se ve ahora sometido a otro ritmo: el vértigo, del espacio y de la conciencia simultáneamente. ALTAZOR no es un poema fracasado, sino lo que es muy distinto, el poema del fracaso. Uno de sus valores reside en este hecho: haber ilustrado con su escritura misma la desmesura y la imposibilidad de una aspiración de absoluto.