L I B E RTAD SELLADA Han echado la llave de la sonrisa los guardianes de la ira, la mirada abyecta se acumula sin sílabas en fangosas cavernas del pensamiento. Fervientes indiferencias con talento de corbata y elogios recompensados con semillas de hormigón, acaso, de almas hostiles torturadas por el hastío, germinan rencoro sos revólveres y proscriben el aprecio a la poesía sin mordaza.