Don Luis Urzúa, amigo antiguo del Norte y residente en otros tiempos de Antofagasta, señala con el título Arica, Puerta Nueva, Una cualidad Aborigen que no heredamos los Chilenos: la gracia y la imaginación para toponimia. Una obra útil y oportuna. Es por momentos un relato de viajes, en opros un diario personal. A veces polémico y combativo. Tiene sabrosas digresiones, agudas observaciones filológicas, históricas, políticas y psicológicas.