Esta obra nace para reivindicar una forma de entender la tauromaquia: el clasicismo que, en opinión del autor , es mucho más importante que la tradición. También es un homenaje al talento de un torero, Antonio Bienvenida, que encandiló con su arte a millones de aficionados a lo largo de treinta y un años de carrera en todo tipo de plazas.