En 2017 se registraron dos terremotos en México. En septiembre un sismo estremeció a varios estados y a la Ciudad de México generando un gran daño económico, social y político, entre otras cosas profundizó la desconfianza en el gobierno al cual meses después se le exige dar cuentas del destino de la ayuda internacional; en noviembre el gobierno impulsó a un neoliberal más hacia la presidencia de la República para cuidar las espaldas de la pandilla dominante, y asegurar la continuación de un proyecto que ha sido devastador para la mayoría de los mexicanos.