Consideramos que no es necesario presentar al autor de la biografía de Allan Kardec. Nuestro amigo, el señor Henri Sausse, es conocido desde hace mucho tiempo y ocupa un lugar de primer nivel entre los espíritas militantes, tanto por sus destacadas investigaciones experimentales sobre los fenómenos mediúmnicos, como por su entusiasmo inagotable en la propaganda y la defensa de las ideas que tanto queremos.Nos encanta que haya tenido la excelente idea de reflejar en algunas páginas la vida de devoción y de trabajo del gran Espíritu filosófico que ha sabido demostrar la existencia del mundo de los Espíritus, así como trazar magistralmente las grandes líneas de la evolución espiritual propia de todos los seres.La obra de Allan Kardec es imperecedera, porque es clara, lógica, y se basa en la observación imparcial de los hechos. En vano intentaron destruir sus doctrinas, que han resistido todos los asaltos. Los sarcasmos de los sacerdotes, los ataques de los materialistas, los anatemas de las religiones, han sido impotentes para vencer esa fuerza que lleva consigo la verdad. Más potente que nunca, el espiritismo se desarrolla como un vigoroso árbol cuyas raíces penetran en todos los estratos de la sociedad.