Caos es un libro, pero bien podría ser un espejo donde conocerse mejor a uno mismo. Son las cosas que no hice y las veces que acerté. Es la inspiración que puede provocarte el mero hecho de vivir, es la risa de mi abuelo, un primer beso, crecer. Las veces que los miedos te ganan la batalla, los momentos que dan vértigo y las sonrisas infinitas. Se podría decir que es coger a la vida por el cuello y decirle: “Ahora me toca a mí”... “Sin saber qué decir, decidí que el silencio fuera la mejor de mis respuestas. Quizá una mirada, de esas incontrolables, se limitó a afirmar un sí, un sí tímido, pero libre, libre como jamás lo había sido”.