En octubre de 2018, miles de centroamericanos avanzaron en caravana hacia Estados Unidos. Donald Trump los acusó de violentos, de terroristas, de pandilleros. Hubo brotes xenófobos. A pesar de todo, la mayoría siguió adelante. Huían de una de las partes más violentas y más miserables del mundo. Cada año, miles de personas se ponen en manos de coyotes para alcanzar el "sueño americano".