Los poemas de Samantha San Romé construyen un purgatorio en el que los amores (pasados, perdidos, agotados, aplazados, desencontrados) se purifican y acceden a la eternidad del poema y de la voz. Los poemas despiden y saludan a los amores que pasaron por la narradora, dejando en el aire la sensación de que ningún amor termina y todo lo amado, en alguna parte, consciente o no, queda. Se trata de poemas muy personales, quizás hasta autobiográficos, pero que dan el nervio de la época y componen una constelación en la que es difícil, para cualquier lector, no reconocerse.“La idea surgió en una conversación con una amiga en la que ella me dijo: ‘vos sacralizás a todos tus ex’, e imaginé un santuario en el que les prendía velas y los invocaba para pedirles protección, advertencias y sus puntos de vista (que hemos perdido) y empecé a pensar historias con un ejercicio de poetización, que a diferencia de la idealización, para mí es una verdad entre otras que nos permite contemplar y percibir las cosas de otra manera”, dijo la autora a InfoBAE.Puede encontrarse en Spotify una playlist titulada El cielo de los ex novios, que más que una playlist o un disco es un libro de poemas pensado para ser escuchado en esos tiempos muertos arriba del bondi o caminando las calles de la pandemia y las calles de nuestra memoria sentimental