Cipsela es una fina reflexión poética de su autora, Joyce Duarte Morales, donde asoman indicios, huellas, señas, fisuras, manchas, los restos sutiles dejados por las cosas en otras cosas, los de unos sobre otros. Materias evanescentes como fuertes marcas del paso del accidente de un tiempo que no deja en el olvido su efímero transitar. Percibidas en el resplandor de la inquietud insisten en su retorno en lo alto de la noche, dibujadas en el cielorraso, en la superficie de un papel, detrás de los párpados memoriosos. El color de los recuerdos se interroga en lo tenue y ambiguo de éstos, si son más cercanos al sepia o al blanco y negro, a lo vivo o a su rastro. La casa que se habita deviene territorio de signos y de síntomas: dintel, puerta, ventana, proyectan un morar secreto, plegado, sudando y filtrando el lenguaje. Atenta a la geometría la autora tiende líneas arqueadas o rectas ligando las cosas y la gente en su paso entremedio, asediando moléculas, partículas, materias diversas en su frote. Entre cipsela y aquenio, pasando por las copas de los árboles, cortezas, hojas y flores, Joyce Duarte construye su imaginario vegetal habitado bestiariamente, entre luces y sombras, rudeza y fragilidad. La cipsela en su formidable fineza resiste el soplido de los deseos con que se la echa al viento a morir y vivir. Suelta, lleva consigo a quien ama el aire de las palabras con las que se la quiere escribir. Olga Grau