Se necesitan, es imperioso, conocerlas para tener éxito en una feria internacional. De no ser así, habrá quebranto económico, con seguridad y, lo que es peor, pérdida de un tiempo precioso. No vale con inscribirse en una feria como participante y tener unas nociones generales de cómo hay que hacer las cosas, por muy bien acompañado que se vaya, o por muy subvencionada que esté la participación. Se necesitan articular acciones pre-feria, definir comportamientos en el desarrollo de la misma, y poner en marcha un dispositivo ex post, a posteriori, destinado a conocer resultados y a aplicar medidas correctoras para sucesivas ediciones en el caso de que se detecten fallos. Y hay que saber, conocer perfectamente, qué hay que hacer en cada una de estas tres cruciales e imprescindibles fases. Isabel nos ilustra con su tradicional maestría en todas estas cuestiones, en un trabajo muy serio, muy bien secuenciado, con un lenguaje claro, sencillo y directo, asequible para cualquier operador independientemente de su formación. El índice es muy completo, toca todos los palos que hay que analizar y nos ilustra con anécdotas, sucedidos reales, auténticamente geniales, perfectamente aleccionadores, protagonizados por ella misma en sus idas y venidas por numerosísimos países en su ya densa y fructífera trayectoria en el campo de la promoción empresarial.