Cualquier sistema de aire acondicionado automotriz emplea cuatro partes básicas: un compresor mecánico, impulsado por el motor del vehículo; una válvula de expansión, la cual es una restricción hacia donde bombea el compresor; y dos intercambiadores de calor, el evaporador y el condensador. Además, se requiere del refrigerante que fluye a través del sistema.