Los cócteles tienen un aire de misterio y de encanto, y se les atribuye muchas veces un poder de seducción. Por ello, la elaboración de un buen cóctel requiere una gran dosis de arte, pero éste debe ir acompañado por una técnica precisa, escogiendo los componentes, calculando el tiempo exacto para combinarlos, dando después la cantidad conveniente de hielo y cuidando hasta la forma de verterlo en el vaso.