Actualmente no se concibe adquirir conocimientos de marketing sin estudiar en paralelo el comportamiento del consumidor. Son las dos caras de una misma moneda. El marketing proporciona conceptos e instrumentos para la gestión, y el comportamiento del consumidor enseña cómo perciben, sienten y actúan las personas destinatarias de los bienes y servicios que producen las organizaciones. Los conceptos de marketing son insuficientes para actuar con éxito en el mercado si no se sabe cómo son y cómo se comportan las personas.