¿Es la norma la que crea el ciudadano o es el ciudadano el que, a través de los espacios- que recorre y vive crea las normas reales de la ciudad? Nuestra hipótesis es simple: creamos la ciudad a través de relaciones sentimentales en formaciones que se debaten e interacciones en el espacio público. No es la ciudad que nos toca, es la ciudad que nosotros tocamos, la que nos da la dimensión exacta de la ciudad en que vivimos.