Encuadernación: RústicaColección: feadulta.com ; 15Contemplar una fogata suele aliviar tensiones, tranquilizarnos.Pero si ahondamos en su profundidad,podemos ser testigos de la combustión sin tregua, de la intensidad que la habita.Nada tiene de quietud, esa paz; nada de calma. Es pura potencia apasionada, en vaivén, danzando al ritmo del viento.Desde esta experiencia, la autora nos comparte su camino de discipulado.