Si deseas tener una vida victoriosa entonces acude a Dios, conéctate con El. Su bendición fluirá cual torrente poderosa que energizará tu vida. Aléjate de tu derrota y procura tu victoria en Dios. Estas dotado de la gracia divina para ser un vencedor. Aunque parezca que tus situaciones no te conducen al éxito, recuerda que Dios te ha creado con un propósito y está presto a bendecirte. Evalúa tu actual situación y decídete a conquistar tu bendición en una conexión directa con tu amado Salvador. Solo tú puedes evitar tu bendición cuando te rindes en tu crisis y te conformas con un no puedo. No te encierres en tu crisis, abre tu corazón, reactiva tus emociones y clama a Dios. Disfruta tus victorias, celebra los logros de vida. Muchos seres humanos fracasan y de frustran al no meditar en su dependencia de Dios. Caminar sin El es peligroso, nuestros excesos nos malean y nuestra insuficiencia nos detiene. No nos gusta experimentar el dolor pero el dolor es necesario. Sentir necesidad, dolor, panico e inutilidad hará que descubramos nuestra humanidad, entendamos a los demás y establezcamos limites a nuestras acciones.