si un gran numero de especies animales de evolución muy elemental alcanzan a vivir varios siglos, no hay razón alguna por la cual el hombre deba persistir en su rígida creencia de los "setenta y cinco", años más o menos. el estudio de las personas longevas, desde las civilizaciones antiguas hasta nuestros días, desde los pelazgos hasta los hunzas, al igual que de ciertos ejemplos actuales como thomas parr, zaro aga, etc., mencionados en este libro, prueba de un modo definitivo que nuestras vidas pueden prolongarse mucho más allá de lo que nos imaginamos. si consideramos los más recientes descubrimientos habidos en bioquímica, junto a un cuidadoso estudio de las leyes de la naturaleza y todos los demás datos que la ciencia pone a nuestra disposición, nos daremos cuenta de que estamos en el umbral de una tremenda revolución biológica, que va a tener un impacto en la historia humana mucho mayor que todas las revoluciones que hasta ahora han tenido lugar en nuestro planeta.