El sistema de canalización y comercialización de productos o servicios en las empresas ha evolucionado significativamente. Los esquemas tradicionales de distribución de mercaderías se han tornado poco adecuados a las exigencias de un mercado cada vez más competitivo, lo que ha requerido de un rediseño de las clásicas redes de mayoristas independientes por figuras de distribución, agencia, concesión o franquicias que permitan un mayor consenso con un control más activo de la actividad. Este verdadero desarrollo empresario empujó, sin dudas, a los principales Estados a prestar atención a éste fenómeno económico y atisbar regulaciones normativas. Si bien en la época actúal la mayoría de los países no tiene regulado esta forma contractual en sus códigos o leyes estaduales, luego de la década del ochenta se comenzó en ciertos países (Brasil, México, Rusia, Estados Unidos, Canadá, etc.) un movimiento de una serie de intentos y sanciones normativas que han vislumbrado una clara tendencia sobr