La radio sigue siendo sonido, palabra, voz, silencio, música... pero a su alrededor se ha originado un terremoto digital que ha desembocado en nuevas posibilidades comunicacionales a las que el medio hertziano no puede hacer oídos sordos. El oyente tradicional sigue pegado al transistor pero también han surgido nuevas audiencias y modos de consumir contenidos radiofónicos que deben ser tenidos en cuenta por los responsables de la industria radiofónica.