Como cada mañana, la joven Alexandra se levanta para ir a clase; como cada mañana, se pone su uniforme; como cada mañana, recorre las calles de Dover en dirección a la escuela. Pero esta no es una mañana como las otras, los relojes se rebelan contra el tiempo, desobedecen. Los minutos se convierten, a veces, en segundos, a veces, en horas, y tan solo ella parece darse cuenta. Alex, guiada más por el desconc