Esta es la primera obra, el primer libro de Saint-Exupéry que sale a la luz. Con él comienza el aviador un largo camino, que concluirá con su muerte y con una larga obra inconclusa, Ciudadela, en la cual había trabajado diez años y a la cual esperaba dedicarle otros diez. Cuando escribe Correo del Sur Saint-Exupéry es un hombre muy joven, pero ya con una doble y rica experiencia asimilada: la del avión y la del desierto. Los aviones parten desde Toulouse y su travesía, cuando tienen suerte –pues muchos quedan en el camino– concluye en Dakar, en el África negra, que se ubica al sur del Sahara. Tal vez el mejor de los biógrafos de Saint-Exupéry, Bernard Marck, opinó sobre esta obra que “críticos y lectores descubren un autor que posee el raro poder de vestir de poesía el desierto, las rocas, el cielo vacío, el sol implacable. Él insufla de humanidad, en sentido noble, a aquello que no lo es”.