Los hechos que dan origen a la presente narración tienen su origen en mi querida Colombia, país en donde vivo y donde, con asombro, soy fiel testigo de que con frecuencia la realidad supera la ficción, lo inverosímil, y de cómo la razón es superada y animada por el mito, la creencia y la sinrazón.La hora, el día, el mes y el año del cruel insuceso objeto de examen se encuentran bien precisados a lo largo del texto. Sin embargo, he de anticipar que dichos hechos ocurrieron en el último año de la segunda década de este floreciente siglo XXI.El sentido de Crimen sin castigo en oscura noche y a la luz del día se fundamenta en los diferentes hechos y acontecimientos que, en su contexto, enmarcan el relato. Salen de mi alma, por haberlos vivido en primera persona.Intuyendo que nuestra alma siempre tiene prisa y que los golpes duros de la vida nos enseñan a crecer con algunos toques suaves en el alma, y procurando una mejor presentación de los hechos para saborearlos con un delicado deleite, los he organizado en doce capítulos, en los cuales se plantean, a manera de duda metódica, ciertas cuestiones, desde si se vive por milagro o por instinto, pasando por cómo se ejecutó el crimen y concluyendo con el milagro de estar vivo en medio de tanto crimen sin castigo.Además, dichos capítulos son amenizados con reflexivos e interesantes diálogos de gran aporte cognitivo, de los cuales el lector podrá inferir que su objetivo es, entre otros, el conocimiento del ser humano, el objetivo más digno de estudio en todos los tiempos.Sin embargo, el énfasis se centra tanto en el análisis del hecho en sí, del cual fui víctima, como en el mensaje derivado del mismo, por lo sorpresivo, irracional, asombroso, cruel, brutal y fríamente calculado, como todo crimen: sorpresa, golpes, plomo, sangre y gritos; lo cual aconteció durante la búsqueda de una vida más acogedora en el campo, huyendo de la caótica y desencantada vida en Bogotá D.C.En este hilar de las ideas, se observa que la realidad siempre está acompañada por una cuidadosa interpretación de los hechos.En el presente caso, los hechos, aunque muy dolorosos, hablan por sí solos, facilitando al lector su interpretación y dando alas a la imaginación para la recreación y la ubicación en el respectivo escenario, lo que genera una positiva reflexión en este andar impredecible en el camino de la vida.Se pregona que en todos los problemas hay un principio de oportunidad; luego, nos corresponde aprovechar el momento y transformarlo en una situación superior, lo cual exige vivir un proceso de mejoramiento continuo y permanente, que permita pensar bien para vivir mejor, practicando los valores intangibles y el trabajo en equipo y sin la inmediatez que apremia.Agradecido con la nueva oportunidad de vivir y decepcionado ante la corrupción, la farsa y la inacción de la Justicia, entendí que debía liderar mi propia vida y reingeniar mi paradigma, creando una nueva versión de mi existen