Nuestro siglo se doblega bajo los mitos ideológicos. Entre éstos, hay uno que domina a los demás: el mito estatal del socialismo. Con la degeneración de la Revolución de octubre nació un nuevo sistema de clases y de explotación, cuya ambición fue hacer creer que personificaba al socialismo. Desgraciadamente está, en general, acreditada esta identidad de la sociedad staliniana y de la sociedad socialista. Mi intención es esbozar la teoría del estatismo como nueva sociedad de clases. Actualmente la sociología tiene pocas ideas que proponer cuyas raíces teóricas no se sumerja en el pasado. Pero la formulación de estas ideas, la manera de abordarlas, de defenderlas, de concretarlas y de aplicarlas, en una palabra, la solidez o fragilidad de la teoría o de los esbozos construidos sobre ella, constituye un problema que hay que reconsiderar continuamente.