Para descubrir, a veces es necesario realizar viajes asombrosos y afrontar grandes peligros. Pero otras veces, se puede descubrir aprendiendo a mirar lo que teenemos ahí, justo frente a la nariz. Algo de eso le pasa a los curiosos personajes que habitan las cuatro historias de estas páginas: el mago Agustín Agustini, de cuyas artes todo el mundo se ríe: el enamorado Mateo, que viaja por el mundo en busca de su amor imposible: Camilo, el trapecista que sólo en las alturas vive feliz, y los hombres de la familia Benasturi, que quieren ser recordados por los tiempos de los tiempos. Y, por supuesto, un conejo.