Si por un lado, el proyecto nacional revolucionario soñó la creación de un hombre nuevo, ¿cómo, a la par, construyó al sujeto femenino? Paradójicamente, el sistema que propuso la utopía del hombre nuevo instauró parámetros hegemónicos patriarcales y reinventó a la mujer desplazándola a la periferia, configurándola como subordinada, siempre al servicio de dicho proyecto. Mabel Cuesta indaga la producción femenina/feminista de doce escritoras nacidas en su mayoría luego del triunfo de la Revol