Cuento con parchecurita, por su parte, nos traslada a la casa de Bastián y al hospital ?Delafe?, donde, cruzando el realismo y la fantasía de una conciencia imaginante, el niño pasa sus días esperando recuperarse de una grave enfermedad. Hay poca literatura infantil que permita sensibilizar a los niños, retratarlos y ?salvarlos? en la para ellos a veces inexplicable situación de un estado patológico que los mantiene físicamente en reposo, lo que para un niño es casi decir ?paralizado?. Bastián se nos muestra como un niño imaginativo que a partir de los motivos que decoran su cubrecama (un piloto de avión, un marino y un astronauta), vivencia un mundo fantásticamente entretenido y aventurero, pleno de velocidad, colores y actos mágicos que dinamizan con humor y misterio su mundo interior, el que aflora con ludismo hacia quienes lo rodean: sus familiares, doctores y enfermeras, incluso con Cristina, una niña también hospitalizada el ?Delafé?, o de la fantasmagórica anciana, la ?tejedora?, que teje y desteje con sus palillos, durante la noche, una prenda que, como la de Penélope del relato homérico, es la pieza de la espera y de la esperanza, del amor y de la afirmación de la vida.Por su extensión, de 64 páginas, y su desatada fantasía, recomendamos el texto para el segundo semestre de primer año básico y especialmente, segundo año básico.