Después de la infancia, que para muchos es destino, llega el pago de esos adeudos kármicos que adquirimos en algún momento: es la juventud, la negra juventud, donde pueden pasar las cosas más terribles sin que nadie se percate. Esta antología compila a dieciocho escritores con sus distintas versiones de la negra juventud. Para cada uno, la juventud empieza o termina en momentos distintos . ¿No dicen que todos llevamos un niño dentro? Pues en algunos casos, ese niño se ha podrido; en otros, se ha vuelto un monstruo que, no por invisible, resulta menos despiadado, incluso contra sí mismo. Y, curiosamente, la oscuridad visible abarca temáticas tan inesperadas como cercanas, al mismo tiempo. La juventud es indefinición, pues para muchos se emparenta con la adolescencia, pero para otros es la vida emocional inacabada, casi emergente. Incluso, esa juventud puede de-pender del estado civil o de la no aceptación de nuestras propias carencias. Hay tantas juventudes como miradas escudriñadoras. Y la negritud, oh, dulce cancerbero de nuestras ensoñaciones de vigilia. Ejecutor inmisericorde, el lado negro de las visiones humanas suele confundirse con lo policiaco, con la literatura negra, cuando lo oscuro abarca más la intenci6n que la acción fulminante. No se deje engañar. La juventud no es como estos videntes nos la pinta: es peor. Ricardo Guzmán Wolffer