Hasta el presente, las propuestas curriculares que se han formulado para la educación básica no han hecho de las competencias básicas su núcleo central, entre otras razones porque no se han entendido como auténticos objetivos curriculares, que demandan concreción y gradación en su formulación, y no una simple declaración de principios. Un currículum competencial debe ser un currículum donde las competencias básicas rijan las metas generales, y donde el resto de elementos: contenidos, actividades, recursos y evaluación se pongan al servicio de las mismas como garantías para su logro. Se puede afirmar que el currículum competencial llega tras un recorrido que alberga los avances pedagógicos realizados en las últimas décadas; no se trata de un salto en el vacío, ni de una simple moda. Prueba de ello es que el concepto de competencias ha penetrados en todos los niveles del sistema educativo de todo el mundo.