En el año 195 antes de Cristo se discute, en Roma, la propuesta de derogar la ley Opia, que veinte años antes había limitado la tenencia y el uso de bienes suntuarios femeninos. El debate -en el cual se levanta en defensa de la ley la autorizada voz de Catón el Censor y que las mujeres tratan de condicionar con inusitadas iniciativas públicas-, al pasar revista de los argumentos favorables y aquellos contrarios al mantenimiento del texto normativo, propone una reflexión sutil y articulada sobre las diversas estrategias de poder que consienten el control masculino hacia el interior de la familia y de la comunidad.