La apuesta del derecho internacional y del derecho constitucional por los derechos humanos en las últimas décadas, no sólo se configura como la generación de robustas previsiones normativas, mecanismos de exigibilidad y justiciabilidad, o medidas de reparación cada vez más contundentes e integrales ante su violación; sino particularmente de un dinámico sistema de interpretación, que tiene como cometido primordial dotar de contenido a los derechos y garantizar su ejercicio, así como dirimir tensiones o conflictos entre ellos.