Cuando veo a un niño sufrir golpes, cuando veo el hambre en sus ojos y en su cuerpo, cuando lo veo en un semáforo pidiendo o trabajando se me estremece el alma; porque yo lo viví. Esta es mi historia, no es una historia romántica llena de fuego y de pasión─ pero es la mía─. ¡Si te digo!… he cruzado por el fuego y por el agua, he llorado me he sentido aturdida, había días que no sabía ni qué día era, vagando por las calles con sueño en pleno día, sin saber dónde recostar mi cuerpo cansado y tan solo era una niña. Sé que las historias buenas, traen muchas ganas de vivir, por eso decidí contarla.