En su crítica a la dialéctica hegeliana se manifiesta la orientación antisistemática y antiintelectualista de la filosofía Kierkegaard, esta orientación se basa en la afirmación de la prioridad de la existencia caracterizada por la individualidad e inabarcable por determinaciones abstractas. En O esto o lo otro (1843), que contiene El Diario de un seductor, expone las alternativas que se presentan al hombre entre la vida estética que busca únicamente la satisfacción del instante y la vida ética fundada en el deber, pero por encima de todo exalta la vida religiosa.