En 1969, Roger Deakin compró una casa y se encargó de repararla consus propias manos para convertirla en el hogar de su vida. De su amorpor la madera ùese «quinto elemento¤ù, y de sus viajes por losPirineos, Australia o Asia Central, nace Diarios del bosque, que nosdesvela el bosque como el espacio que garantiza la vida y como fértilalbergue. El autor de la celebrada Diarios del agua roza el duramen deuna fascinación por la madera y el árbol en un texto que rebosaexperiencia y ternura por la naturaleza. «Entrar en un bosque esacceder a un mundo distinto, en el cual nos transformamos¤. Con estaspalabras Deakin nos abre la puerta a esa vida entre árboles que lollevó a descubrir hasta qué punto nuestra relación con los bosques noes solo física, sino también espiritual y cultural.