Veinte años en la por entonces deteriorada America del Sur de la primera mitad del siglo XIX han sido suficientes para que nuestro personaje decida regresar a España casi tal y como viajo la primera vez. Es cuando, por circunstancias, coincide con un verdadero simbolo de la historia de la tauromaquia, el torero Manuel Dominguez, al que por su templanza y valor en el Nuevo Mundo, segun sus propias palabras, lo llegan a llamar Seño Manue, el Bravo, el Americano o Desperdicios; entre otros apelativos. La obligada compañia y la monotonia de un largo viaje dentro de la fragata Amalia llevan al espada a contar su rica historia americana y a vivir juntos un sinnumero de situaciones no previstas a bordo de la embarcacion. Enriquece este trabajo la invaluable aportacion grafica de Diego Ramos, reconocido maestro de la pintura y profundo conocedor del arte de torear.