Esta segunda parte (1615) fue compuesta por Cervantes diez años más tarde que la primera, obligado por la aparición del Quijote de Avellaneda, al que el autor alude —y no para bien— en numerosos pasajes del texto. Tercera salida del protagonista, que no estaba prevista en un principio, pero el éxito obtenido por la novela provocó que el hidalgo viviera una última aventura en tierras catalanes hasta caer enfe