Obra cumbre de la literatura universal de todos los tiempos, Don Quijote de la Mancha es, en esencia, una honda reflexión sobre la condición humana. Don Quijote y Sancho Panza encarnan no solo los valores humanos más trascendentes, sino también, las diferentes formas de enfrentar la vida: idealista y soñador el primero, realista y pragmático el segundo. Por eso, la locura de Don Quijote, que lo lleva -a pesar de la burla y desconcierto que provoca en los demás- a enfrentar las aventuras más disparatadas en pos de la justicia, se ve siempre sustentada por la actitud de Sancho, encaminada a enfrentar la crueldad del mundo real tal como es.