En la era del mito es esperanzador leer otro acercamiento a la realidad, como en el libro de Carolina Castro, uno que busque cuestionar nuestra humanidad y explicarnos nuevas formas de aportar—en relación a Cecilia Vicuña (Chile, 1948-), Víctor Grippo (Argentina, 1936-2002) y Mira Schendel (Brasil, 1919-1988)—al despertar de una consciencia espiritual y económica con posibles grandes ramificaciones en el nivel de la ecología y la economía en nuestra sociedad. Ciertamente necesitamos lo que es distinto a nuestras creaciones y a nosotros mismos, ya que solo somos humanos en relación y convivencia con lo que no es humano. Para algunos de los que pertenecemos a la generación de posguerra, que divulgamos el trabajo de artistas de diversas culturas marginalizadas, es gratificante ver cómo la obra de los artistas sudamericanos elegidos por Castro para su estudio han sido recientemente reconocidos por su aporte a la formación de la “consciencia” y recibidos por la generación siguiente, que está ansiosa de escuchar la otredad y salvar nuestra vida- planeta. Ese es el verdadero sentido del trabajo artístico.