La biografía del mayor explorador de todos los tiempos.Rebuscando entre las amarillentas fichas de una vetusta biblioteca de Oxford, la autora dio por casualidad con la obra del que resultó ser un antepasado suyo, George Collingridge. En ella afirmaba, apoyándose en viejos mapas y documentos, que éste no fue el auténtico descubridor de Australia, sino los portugueses, 250 años antes que él.