El estado colombiano no es igual en todas partes. Cambia según la geografía, las poblaciones los recursos y la herencia social e institucional. En todas partes hay alcaldías, juzgados, concejos municipales y personerías, pero eso no significa que cada una de esas entidades de Estado cumpla las funciones que la ley contempla para ellas. Es muy frecuente encontrar que detrás de la fachada institucional no hay nada, o casi nada; solo se encuentra el caparazón institucional representado en sus formas y sus rutinas institucionales: se expiden decretos, se producen sentencias, se hacen diligencias, se presentan informes, hasta se capturan a presuntos delincuentes. Pero detrás de esas rutinas no hay un Estado que haga cumplir la Constitución y la ley.