El hombre que perseguía al tiempo

Reseña del libro

Fábula sobre la ambición y la inevitabilidad de la muerte que recuerda a Charles Dickens Novela que describe la vida de su protagonista, William Bellman, desde el día en que, con apenas diez años, mata un pájaro con una honda ante la mirada admirativa de su primo Charles y dos amigos de la infancia. A partir de ese momento, como si se tratara del arco dibujado en el cielo por la trayectoria de la piedra que mató al pájaro, el lector presencia la vida de Will, exitosa en lo profesional pero con la omnipresente presencia de la muerte, que se lleva a sus seres más queridos, a excepción de su hija Dora. En el funeral de cada allegado a Will, hace su aparición el misterioso personaje de Black, un hombre vestido de negro que solo el protagonista puede ver y que personifica la muerte. William Bellman extraerá la idea para el negocio que le dará fama y dinero de una sugerencia de Black: la muerte, inevitable, es la única constante. Y a partir de esta máxima Will funda Bellman & Black, un próspero negocio que provee a los vivos de todo lo necesario para el duelo de sus seres queridos. Pero la riqueza no evitará que el fantasma del paso del tiempo y que el pensamiento de la muerte atormente los últimos días de Will, a quien Black hará una última visita para cumplir con la curva descendente de la vida: se llevará su alma sobrevolando la ciudad de Londres. William acababa de cumplir diez años cuando consiguió la admiración de todos sus amigos: su ojo experto apuntó a un grajo que descansaba en un árbol lejano y, tras un instante de concentración, el tirachinas dio en el blanco. Nada grave, en apariencia; solo una chiquillada, pero desde entonces su vida cambió y William se propuso olvidar el pasado, trabajando duro para adelantarse al tiempo y a sus leyes. Los años fueron pasando, y un hombre vestido de negro empezó a rondar a William en las circunstancias más trágicas. Nació así una extraña unión entre los dos caballeros, y se inauguró en Londres una tienda espléndida, donde se exponían las telas y los complementos adecuados para el duelo de los difuntos. El negocio fue un éxito, y William durante un tiempo pensó que su apuesta por el olvido era acertada, pero llegó un día en que un grajo muy negro surcó el techo acristalado del almacén y de golpe el pasado volvió, cargado de secretos y dispuesto a tomarse su venganza... La famosa autora de El cuento número trece nos sorprende ahora con una hermosa historia donde el misterio y el recuerdo van de la mano.