Jorge del Río ha escrito un texto poético con mayúscula, un poemario lleno de metáforas, insinuaciones literarias, meditaciones por geografías nocturnas, donde el dolor de la carne es el dolor de los transeúntes ausentes. Se ve una mano con oficio, se ven tenazas para tomar y levantar, como en las ruedas de molino, desde las aguas, en cestos lúdicos, el viaje eterno e inútil de los demás, y el propio, por supuesto.
"Un libro hermoso, pero en la parte de afuera venía un poco dañado, al igual que en las orillas de los libros, ademas se encontraba un poco sucio. "