Evaristo fue un niño que sufrió malos tratos y abusos; por eso creció como un hombre rencoroso, tramposo, insensible, egoísta, arrogante... pero gracias a la convivencia con los caballos aprendió a respetar, a ser agradecido, responsable, tolerante y solitario, además de adquirir el sentido de justicia, fortaleza, lealtad, conocer el perdón y el amor. El mercader de caballos narra diversos anécdotas acerca de cómo el ser humano ha abusado de los equinos, e invita al lector a tomar conciencia de los grandes valores que puede enseñarnos ese maravilloso animal: responsabilidad, gratitud, lealtad, tolerancia, fortaleza, etc. Esta novela es reflejo de la capacidad que tiene el ser humano de transformarse en una mejor persona. Lo único que necesita es tener la disposición para hacerlo y aprovechar las oportunidades que se le presentan a diario.