Los cuarenta son considerados una edad de crisis, de posibles nuevos comienzos o de la rendición final. A María Inmaculada, Mel, le llegan soltera, cesante y de vuelta a la casa paterna. Hasta entonces, era una exitosa editora de novelas románticas que no creía en el amor y disimulaba, lo mejor que podía, su TOC, el gran culpable de su solitaria vida. O eso creía Mel, hasta que conoce a Lucas y todo lo que había construido se derrumba. En busca de una solución, decide acudir a la basílica de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México, para implorarle que le devuelva a la antigua María Inmaculada. Sin embargo, como señala uno de los personajes de la novela, lo que necesitamos no siempre es lo que hemos pedido.
"tal cual el producto."