En 1984, Richard Leakey realizó en las orillas del lago Turkana, África oriental, uno de los hallazgos de fósiles más importantes de este siglo: el esqueleto de un joven que vivió allí hace más de un millón de años y que pertenecía al género que ahora conocemos como Homo erectus. A partir de este descubrimiento, Leakey nos conduce a su exposición final sobre la evolución humana: la capacidad de andar erguido