La vida del patito empieza cuando un huevo de cisne llegó al nido de una pata que vivía en una granja del campo. Al nacer, resultó ser un patito muy feo; desproporcionado en tamaño con respecto a sus agraciados hermanitos, con un graznido muy fuerte, estridente y molesto. Era el hazmerreír de los otros animales que ahí vivían. El pobre patito no recibió más que picotazos, empujones y burlas. Incluso sus hermanos le maltrataban a veces diciéndole Ojalá te pille el gato, grandulón! y hasta su madre deseaba que estuviese lejos del corral. Era una mancha para la familia.