La capacidad para competir lo es todo, pues de ella se derivan la riqueza, el crecimiento económico, los empleos y la mejoría en los niveles de vida de una población. Pero mientras que la competitividad es asunto de las empresas, lo que importa al gobierno y al país es la productividad. Solamente elevando la productividad se hace posible la competitividad de las empresas y, con ello, la generación de riqueza, empleos y mejores ingresos. Esta obra está motivada por la urgencia de encontrar soluciones a los grandes y pequeños retos que nos aquejan y erosionan la posición competitiva del país de manera sistemática. Sin empresas que tengan éxito y sin un entorno que lo haga posible, el país continuará rezagándose y el crecimiento económico será limitado. Existen varias salidas para sacar al país de la atonía que lo caracteriza; ésta es la motivación del presente estudio.Presentación, por Edna Jaime Treviño 9Introducción 15I. El reto de la competitividad 19II. ¿Qué es la competitividad? 25III. Reforma económica y competitividad: qué ha fallado 54IV. El problema económico en la actualidad 63V. Creando instituciones para la competitividad 79VI. El imperativo de seguir adelante 95VII. El consenso sobre la competitividad 113VIII. Viendo hacia delante 124Bibliografía 131